marionanni presenta la luce della musica (la luz de la música), una obra de luz para el teatro de la scala de milán. un trabajo pensado para la fachada del teatro de la Scala, que, tras su presentación ante la alcaldesa moratti y su ciudad el 6 de diciembre, a partir del 7 de diciembre, fecha del esperado estreno de carmen bajo la dirección de daniel barenboim, ofrecerá a la plaza una excepcional obra de luz. marionanni utiliza para el teatro de la scala la luz en movimiento de su liv, la bombilla de imágenes variables, y transforma los límites de la fachada, levantando un telón entre el edificio y la plaza, para ofrecer a los transeúntes la oportunidad de ser espectadores y al mismo tiempo protagonistas de la escena. en palabras de marionanni: el mío es un juego de luz, un trabajo dedicado a milán, en el que la narración se desarrolla mediante metáforas de símbolos y de luz, a partir del teatro, constituido en receptáculo de saber y maestría. el espectáculo se abre con el telón rojo del teatro, que da comienzo a un relato de 24 minutos, un minuto por cada hora del día, que se renovará con nuevos detalles mientras el punto luminoso de una estrella va avanzando día tras día y aumentando su intensidad para acompañar la espera de la noche del 25 de diciembre, en que estallará la luz de la natividad y las sombras de los espectadores entrarán en la fachada para animarla y fundir en una sola cosa el observador y el observado. para este trabajo sin precedentes, el enunciado de luz de marionanni es la explosión de la vida, sigue el ritmo que va del alba hasta el ocaso, acogiendo aspectos arquitectónicos, simbólicos y narrativos vinculados con la ciudad y con sus protagonistas, a partir de un diálogo ideal con leonardo da vinci, que desde el centro de la plaza mira hacia la fachada del teatro. el teatro es el lugar de la cultura, de las artes y de la confrontación: con la luz del alba, sus ladrillos se transforman en volúmenes escritos, las ventanas ofrecen cuadernos blancos para nuevas ideas y proyectos, una biblioteca de luz -como la define marionanni- símbolo de cultura, de descubrimiento, de crecimiento intelectual, de investigación. el homenaje del proyectista marionanni al proyectista leonardo se reevoca en el discurrir de una embarcación entre las ventanas del teatro, representando el transporte del mármol blanco utilizado para la construcción de la catedral siguiendo los canales de milán, los navigli. la narración prosigue ofreciendo a quien contempla una reflexión física y emotiva, hasta las luces del ocaso, en que un vuelo de pájaros se recorta entre las nubes. vuelve un tema recurrente en el trabajo de marionanni: en este caso, vuelve a ser un homenaje al genio de leonardo, a sus descubrimientos y a sus estudios sobre el código del vuelo. amo la sensación de aspirar a algo, de tratar de conseguirlo, proyectando el modo de obtenerlo. letizia moratti:

«esta realización artística de luz da vida a un monumento en sintonía con la ciudad, partiendo precisamente de los tiempos de la ciudad, las 24 horas del día, y lo que encuentro extraordinario es esta oportunidad que se da a la ciudad de vivir desde fuera un momento que normalmente se vive desde dentro; es arte sobre un monumento para la ciudad, y creo que se trata de una cosa importantísima. otra cosa muy hermosa en esta creación es que la scala se contempla como un contenedor de toda la cultura de nuestra ciudad, y así es. y la parte final, con ese cielo, donde también hay nubes, porque así están hechos todos los cielos... la vida está hecha de sol y de nubes, pero están también esos pájaros blancos que echan a volar, y esto es un signo muy hermoso de representación de nuestra ciudad, que es una ciudad hecha de luces y de sombras, pero también de pájaros blancos que saben remontar el vuelo.»