un homenaje a la muerte de un símbolo, la bombilla incandescente, que sigue respirando bajo el flujo de la luz natural y artificial. un muro de recuerdos, de símbolos, de añoranzas y de luces futuras que se transforman en la luz de las nubes. la muralla en botella con los frascos de la luz que derriba el absoluto de cada dogma para generar un muro de libertad, entre el querer de la masa y las necesidades del individuo.